domingo, 10 de octubre de 2010

ESPAÑA-CATALUNYA. CATALUÑA-ESPANYA

“No preguntemos si estamos plenamente de acuerdo, sino tan sólo si marchamos
por el mismo camino”. Johann Wolfgang Goethe



     Soy española. Con apellidos como Boada, Camarero, Martínez y Ochoa, por mis venas corre sangre aragonesa, castellana, catalana, gallega, murciana y vasca. Y eso, habiendo sólo escudriñado en mi árbol genealógico hasta mis bisabuelos. De ahí, que no sólo no entienda eso de los nacionalismos, sino que es algo me parte el corazón, que realmente me hace sufrir.

     Cuando resido en el extranjero defiendo con orgullo el ser española y dentro de España me tira más mi ciudad natal. Eso no significa que no aprecie el resto de regiones, reconozca su particular riqueza o las defienda y ensalce cuando sea oportuno. El sentimiento de pertenencia local es complementario con el nacional, no excluyente.

     Por eso, la situación a la que se ha llegado en España me entristece profundamente. Me siento en medio de una guerra entre hermanos -donde se ha llegado incluso a promulgar la pureza de sangre- y en donde yo no encajo en ninguno de los bandos, puesto que soy claramente mestiza.

     Consciente de que el tema es extenso y dado que las elecciones catalanas están al caer, quiero centrarme en el nacionalismo catalán. En mi opinión, hay varios factores que han llevado a desembocar en la situación actual: inexistencia de un punto inicial de referencia aceptado por todos los implicados, exceso de emotividad y escasez de perspectiva.

     ¿Dónde situamos el origen? Si nos centramos en lo político, el estatuto de 1931 podría parecer razonable, pero quizás excesivamente escaso. Siguiendo con el razonamiento político, los que defienden que Cataluña pertenecía al reino de Aragón, serán increpados que Cataluña comenzó siendo un condado en el S.XI. Para ampliar algo más la perspectiva, pensemos en el catalán como lengua formada de la disolución del latín alrededor del S.X. Pero, ¿por qué parar en la lengua? Podemos seguir tirando del hilo, ¿Por qué no remontarnos a sus primeros habitantes? Aquellos que colonizaron Cataluña hace 25.000 años. Entonces, estos pre neandertales procedían muy probablemente de Atapuerca*… Y aunque fuéramos capaces de llegar a un consenso, ¿es eso lo que importa? ¿Cuándo empezó todo?, ¿o lo que Cataluña realmente es y representa con todas sus connotaciones políticas y culturales?

     Para mí el problema reside en cómo políticos, periodistas y demás profesionales que viven del asunto han utilizado la estrategia más rentable para cado uno de ellos: la de la manipulación de las emociones. Radicalizando, las emociones están a flor de piel y cuantas más emociones entren en juego más irracional la gente se comporta, mejor se manipula y más se vende.

     Hablando con amigos que tengo en uno y otro bando he comprendido que el resentimiento existente en la mayoría de los casos no viene de rechazar la idea del reconocimiento de Cataluña como nación o de la no aceptación de Cataluña como parte del estado español. Los nervios están a flor de piel debido a las percepciones que se han formado en uno y otro bando. Tras consultar según qué medios de comunicación nacionales, muchos catalanes piensan que existe una animadversión generalizada hacia ellos, que "España" no les aprecia. De ahí un sentimiento natural y humano de decir, “ni nosotros a ellos”. Por otro lado, los medios catalanes en su afán empresarial de hacer la mayor caja posible postulen una estrategia que vienen siendo la de barrer para casa: “Conseguir lo mejor para Cataluña: lo nuestro, nuestro es; y de ti, todo lo que pueda sacar”. Lo que hace que se perciba por mucha gente desde fuera de Cataluña una declaración abierta de que el resto es menos merecedor o inferior.

     A nadie le gusta ser discriminado, a nadie le resulta agradable que le hagan de menos. Y lo cierto es que si analizan los medios de comunicación nacionales y catalanes uno piensa que hablan de realidades diferentes, puesto que las connotaciones que se sacan de cualquier suceso son tan subjetivas y radicales que distorsionan completamente la realidad. Unos viven en un blanco impoluto, los otros en un negro cerrado, y lo cierto es que la realidad es sencillamente gris. Resentidos unos, no se sienten queridos, sino envidiados e incluso odiados. Los otros, ultrajados, menospreciados por el hecho de que los otros piden más porque dicen valer más, ser mejores. Una anécdota reciente al respecto es el comentario de Sergio Ramos a un periodista de un canal catalán. Increpa con ironía si quieren que responda en andaluz, molesto por la pregunta anterior hecha en catalán. Analizando la situación objetivamente, su reacción es puramente humana. Hace ese comentario porque se siente excluido. No habla catalán, no ha vivido en Cataluña; ¿es objetivo calificarle de inculto? ¿Va a apreciar más a los catalanes una vez le han etiquetado con los despectivos calificativos que circulan por la red? ¿Realmente llegamos a algún lado así?

     No entro en quién ha empezado o provocado la situación. Actualmente la bola de nieve ha llegado a tener dimensiones desorbitadas, y esa es la situación en la que nos encontramos. La cuestión no es quién empezó, la cuestión es si existe voluntad de cambiar para mejor, para ambas partes.

     Un ejemplo radical de lo que la manipulación de las emociones puede llegar a causar es el caso de los extremistas islámicos. Aprovechando la emotividad de personas que han sufrido, que es el caldo de cultivo de acciones irracionales, se incitan suicidios que implican la matanza de inocentes. En el fondo, estos dirigentes extremistas manipulan en busca de su propio beneficio. Y es lo que ocurre en nuestro país con muchos políticos. En vez de suicidios persiguen el voto radical para conseguir su escaño, su seguridad y confort. ¿Y qué hay de lo mejor para Cataluña? No creo que escándalos como el del Palau sean lo que Cataluña entiende como mejor para sus intereses…

     Por otro lado, el problema de tener a la gente distraida de lo que realmente son problemas mayores y centrada en ciertos aspectos desvirtuados a conveniencia del que los menciona (y esto curre tanto en un bando como en el otro), es que se pierde la perspectiva. Y los árboles no nos dejan ver el bosque.

     Considero que el planteamiento de la mayoría de los partidos políticos en Cataluña, no es el adecuado. Esto no es una tarta que haya que repartirse y cuanto mayor sea la porción que consiga mejor para mí. El que piense así está muy equivocado, y está yendo en contra de su propio beneficio. Esto no es un pastel, esto es una selva. Y Cataluña es un cazador. Un cazador por sí mismo puede obtener un conejo; cuatro cazadores juntos, un tigre. Ningún cazador por sí mismo podría llegar a obtener un tigre. Es lo que tiene las sinergias, y de esto es de lo que no nos estamos aprovechando, y nos perjudica a todos. Es tan irracional el punto al que hemos llegado que aunque muchos políticos catalanes juren y perjuren que hacen lo mejor para Cataluña, los hechos demuestran lo contrario. Se me ocurren dos ejemplos.

     En un mundo tan competitivo como en el que nos encontramos, en el que la formación es fundamental, ¿no quieren los catalanes tener una universidad prestigiosa, potente y que ofrezca a sus estudiantes cuantas más herramientas mejor para enfrentarse con éxito al mercado laboral una vez finalizados sus estudios? ¿Por qué entonces querría Cataluña exigir a los profesores y catedráticos hablar en catalán? Mediante esa medida se está privando a los estudiantes catalanes de la posibilidad de disfrutar de los mejores docentes, sean estos de la procedencia que sean. Aunque mediante esta medida sólo se estuviera perdiendo un único catedrático castellano competente, ¿qué necesidad hay de dicha pérdida?

     El otro ejemplo viene de la mano de decisiones empañadas por las emociones encontradas, y es referente a la abolición de los toros. Y no entro en el tema de los que estén en contra por cuestiones de protección del derecho de los animales, totalmente de acuerdo. Lo quiero enfocar hacia aquellos que lo han defendido porque consideraban una forma de rechazo hacia lo “español”. He aquí una acción totalmente irracional: el deseo de machacar al otro mientras se perjudica uno mismo. ¿O a caso los bares y comercios alrededor de la plaza de toros no son catalanes también? A todos esos pequeños y medianos negocios se les va ha privar de los ingresos durante las ferias, esos que son los que les hacen seguir a flote. La eliminación de las flamencas del stock de suvenires de las tiendas viene a ser lo mismo, puesto que ¡el mayor fabricante de estos objetos es una empresa catalana!

     En el extremo opuesto, aquellos que entienden que dos consiguen más de lo que dos pueden conseguir individualmente. Existen ejemplos, y es significativo que éstos sean precisamente exitosos empresarios. El ejemplo más reciente sería la alianza formada entre El Bulli y Telefónica. Entre los criterios que Ferrán Adriá tenía en mente estaba el de promocionar “la marca española” y de ahí que Telefónica fuera uno de las potentes candidatas, y finalmente la elegida. Pero hay más, la selección española de fútbol es otro ejemplo de que un grupo unido puede obtener aquello que sería imposible de forma individual. Lo que aplicado al tema de las flamencas sería en el caso de aquellos turistas que vengan con el estereotipo de España buscando la figurita en cuestión, al empresario de dicho comercio catalán se le abre la posibilidad de poder vender adicionalmente una sagrada familia o unos castellers. De esta forma, no hay flamenca, no hay venta.

     En conclusión, cuando nos encontremos ante alguien que piense de forma diferente a nosotros, no estaría mal que intentáramos averiguar su “punto de origen”, dónde se cimienta su razonamiento; y tener presente que muchas de las percepciones (tanto las propias como la de los demás) están basadas en sucesos transmitidos de modo subjetivo. Porque si uno se para a hablar con la gente llana y escuchar sus opiniones, lo cierto es que el pensamiento generalizado es que España ama a Cataluña, y Cataluña necesita a España. Pero esta no es la opinión que se escucha porque los que la comparten son la mayoría discreta, sensible, razonable y neutral desdibujada y acallada por unos pocos que gritan, increpan, manipulan y engañan. Y reitero, tanto de un bando como del otro.

     Puesto que se aproximan las elecciones catalanas, mi sugerencia es que reflexionemos sobre ello. Desde una perspectiva lejana, que no nos implique emocionalmente. Si crees que no merece la pena porque tu tiempo vale más, porque piensas que tus convicciones están suficientemente fundadas. Mi petición es que consideres humanizar la situación. Piensa en tus familiares, amigos y allegados. Seguro que entre ellos hay alguno que, como yo, se encuentra atrapado, con el corazón dividido. Es más fácil pensar en caras y ejemplos concretos cercanos a ti que en un objetivo abstracto y con millones de implicaciones. Hazlo por nosotros, por lo que sufrimos. Y recuerda, 1+1 no es 2. La ecuación no tiene otro límite que el que tú estés dispuesto a ponerle. ¿Por qué no aspirar al máximo? ¡Visça España!, ¡Viva Catalunya!


*para mayor información al respecto recomiendo visitar el recién estrenado Museo de la Evolucion Humana (MEH) en Burgos, una joya.

3 comentarios:

  1. Algunas de las ideas y ejemplos expuestos proceden del libro “Getting more: how to negotiate to achieve your goals in the real world” del Prof. Diamond. A la venta en Diciembre de 2010. Altamente recomendable.

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  2. Me gusta el trabajo sobre Cataluña. Sólo que tengo algo que puntualizar. Los "males" de España, cre yo que residen en la clase política española, que es algo así como decir que residen en la burguesía o clase media. En Cataluña, en el País Vasco, o simplemente en Castilla y León, por no decir en nuestra ciudad, el mal es el origen y educación de nuestra clase política. Buena parte de nuestros dirigentes han salido de los pechos del franquismo. Otra buena parte se han educado en los Seminarios, algunos incluso son curas o frailes exclaustrados. Y la mayor parte han tenido una educación religiosa católica.
    Por supuesto los que sobrepasan los 55 años, y son funcionarios de algún tipo, tuvieron que jurar los principios del Movimiento. También por supuesto, en cuanto murió Franco se pasaron todos en bloque al grito de "maricón el último" a las filas del antifranquismo, que no es necesariamente una bandera de democracia ni de lucha por la libertad. Hoy casi todos estos militan en el PSOE, o en IU.
    Respecto de los nacionalismos: buena parte de la burguesía catalana es antifranquista (con los mismos rasgos que acabo de comentar), son descendientes de aquellos burgueses que al comenzar la G.C. y ver expropiadas sus industrias acudieron con diarrea y todo a Burgos implorando a Franco su auxilio y proporcionandole las listas negras para una limpieza posterior que hizo el General Yagüe, al que se rindieron emocionada y postradamente a su entrada en Barcelona en Enero de 1939 (ver documentales de la época).

    Enfín, querido pájaro de Atenea, que me planteas la duda de si tu visión de España, a tus 29 rodados años, es una visión "política", o es una visión personal de una lideresa en ciernes, ala que le falta profundizar en el diagnóstico para poder hacer un buen tratamiento curativo del paciente, que se llama España. decía José Antonio Primo de Rivera que "amamos a España porque no nos gusta". No soy de ningún "ismo", pero la Historia nos enseña con los buenos y con los malos ejemplos. Por cierto te recomiendo dos nuevos libros para que ilustres tus pocos ratos libres. Francisco Caja: "La raza catalana"; y cómo no, Gustavo Bueno en cualesquiera de sus variadas obras. Un abrazo desde el molino de San Cibrián.

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  3. http://www.youtube.com/watch?v=u3YbmHJoBJ8&feature=related

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