sábado, 7 de agosto de 2010

LA CRISIS DE LOS HIJOS DE LA DEMOCRACIA

"Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros." Sócrates


   Los nacidos a partir de la década de los 80 en España lo hemos tenido todo. Todos los derechos, todos los privilegios, una vida fácil. Las sufragistas, Martin Luther King, mayo del 68,… guerras ya libradas, objetivos ya conseguidos de los que hemos podido disfrutar desde nuestra más tierna infancia. Entonces, ¿qué nos pasa a los jóvenes?
  
   En menos de un mes, me he encontrado en medio de diversas conversaciones con diferentes amigos, compañeros o conocidos con un factor común. Algo que no podía definir hasta que mi amigo “Deivid” me dio la clave: “Es la crisis de los 30”.

   Hasta ahora, todas las etapas de nuestra vida se explicaban por la persecución de un objetivo concreto que más o menos se iba alcanzando: graduado escolar, FP/BUP, universidad en algunos casos, búsqueda de trabajo y/o pareja… Pero ahora las metas a alcanzar se distorsionan, no son el objetivo tangible al que hemos estado acostumbrados. Y -para nuestra suerte que dirían unos, o para nuestra desgracia que pensarán muchos otros- hemos disfrutado y tenido como ejemplo el estilo de vida, que con muchísimo esfuerzo, han llegado a alcanzar nuestros progenitores: amplios domicilios céntricos, vacaciones aseguradas, escapadas al extranjero, cenas y salidas a los sitios de moda, armarios sin fondo,…

   Ya se sabe, no se valora lo que se tiene hasta que se pierde. Pero cuando lo que se tiene es la única referencia que se ha vivido, cuando ya se ha nacido en lo alto, la caída es inconmensurable. Un salto al vacío, a un precipicio sin fin: puestos de empleo inciertos, salarios mileuristas, hipotecas a 30 años, viviendas a varias decenas de kilómetros del lugar de trabajo, horarios laborales de más de 10 horas diarias… No es nada nuevo. Resignación. Ya sabemos que con algo de esto tenemos que convivir.

   Aún así, no somos los peor parados. Los actuales horarios laborales hacen prácticamente imposible la convivencia entre padres e hijos. Dando como resultado que las nuevas generaciones están siendo criadas y toman como ejemplo no los valores de sus progenitores, si no los de las personas que están a su cargo. En algunas ocasiones con peor formación, culturas diferentes y valores que nada tienen que ver con los de sus propios padres. La infancia es la época que forja el carácter de las generaciones futuras. Lamentablemente, los niños de hoy en día tienen grandes carencias, aunque sus padres no sean conscientes de ello. Porque por intentar proporcionarles lo que ellos no tuvieron, se están privando de darles de lo que sí disfrutaron.

   Sin embargo, el verdadero problema viene cuando miramos al futuro, y a las generaciones que están por venir. De las que, precisamente nosotros, seremos directos responsables. Entre mis allegados, ya existen parejas que desconocen la figura del hermano. Sus retoños, no sólo no sabrán qué significa tener eso, sino que las figuras de tíos y primos también serán ciencia ficción. El panorama no podría ser menos halagüeño si nos centramos en el panorama económico. Cada preciado bebé tendrá que mantener las pensiones de sus 2 padres y 4 abuelos; eso, si todos sus tío-abuelos y parejas correspondientes tuvieran descendencia sobre la que cargar la suya propia. Así que a nuestra lista anterior de retos difusos a los que enfrentarnos, podemos añadir el de una vida laboral hasta pasados los 70 y con una pensión no asegurada.

   No, no hemos pasado hambre durante la guerra, no sufriremos de dolencias físicas por haber empezado a realizar trabajos físicos a los 10 años, ni sabremos lo que es no poder ir a la universidad por tener que hacernos cargo de sacar adelante a nuestra familia, no sabemos los que es ser privado de nuestros derechos fundamentales por razones de sexo, raza o religión. Afortunadamente.
  
   Pero tenemos nuestras propias dolencias. Nuestros sufrimientos han mutado del plano físico al psíquico, y no por eso es menos doloroso o más sencillo. Nos enfrentamos a un futuro más que incierto. Un panorama que no hemos elegido, que nos ha venido impuesto y que tenemos que sufrir. Pero no olvidemos que el agente pasivo lo es hasta que reacciona. Así que preparaos para el combate. No somos víctimas. Esta, es nuestra guerra. La que estábamos esperando.

3 comentarios:

  1. Fantastico. Algunas personas preguntan "cuando volvera la economia?". Creo que la respuesta es "nunca." Comprar un piso y venderlo a 12 meses por el doble no era economia. Tenemos que construir algo mucho mas sostenible que crea riqueza real. Es un buen reto, pero no es facil.

    Edward Gibbon writing on ancient Athens: "In the end, more than freedom, they wanted security. They wanted a comfortable life, and they lost it all: security, comfort, and freedom. When the Athenians finally wanted not to give to society but for society to give to them, when the freedom they wished for most was freedom from responsibility, then Athens ceased to be free and was never free again.“

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  2. Buena reflexión.
    En cualquier caso, no es extraño que ni la generación "tuenti" ni la "treinti" tengan clara la diana a la que disparar (no la tienen ni la "cuarenti" ni posteriores....). Hay un programa de Redes (añado la dirección al final) donde Hans Rosling llega a conclusiones similares cuando analiza hacia donde van los países desarrollados. Es un documental realmente interesante que no puedes dejar de ver. El enlace:
    http://www.redesparalaciencia.com/2988/redes/2010/redes-62-desmontando-mitos-sobre-el-mundo

    Un fuerte abrazo.
    Javier Remón

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  3. Es cierto que hemos vivido una vida de “comodidades” y ahora, al ver cómo la realidad de la que hemos disfrutado toda nuestra vida se desvanece, no podemos mas que resignarnos…¿o no?.

    Para nuestros padres fue al revés, ¿más fácil?, simplemente diferente. Ellos también encontraron un difícil acceso a su primer trabajo, a finales de los 79 la tasa de paro alcanzaba el 22´21%, un crecimiento del PIB del 1,5% y una inflación del 20%. Ellos también tuvieron que sufrir. Nuestras madres tuvieron que trabajar dentro y fuera del hogar, haciendo grandes esfuerzos por no sólo pagar la hipoteca sino las mil y una actividades extraescolares. Pero nosotros hemos sido capaces de ver recompensado su esfuerzo.

    Ahora nos toca a nosotros, se nos plantea un gran reto, sabemos que es posible porque otros antes de nosotros ya lo hicieron (me recuerda a una canción de Vetusta Morla, jeje). Quizás necesitábamos un poco de “marcha”, ya que es en los tiempos de crisis, de necesidad, cuando nacen las grandes ideas.

    Un día leí una frase, “Sueña, cree y atrévete”. Señores, es tiempo de valientes.

    Gracias Sara por hacernos pensar un poco ;)

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